Sabadell 27 mayo 1932 -2021
Hijo de Rosa (Santamaria) y Juan (Argemí) , Josep fue el tercer hijo y el único varón de la familia. Se crió como un niño feliz, muy vivaracho y curioso, aspectos que marcaron sin duda parte del carácter que fue forjando toda su vida. Una infancia marcada por una España que vivía en un profundo cambio, hablamos de los años 40 y 50, donde muchas personas intentaban ganarse la vida y prosperar con la incertidumbre de tiempos convulsos e inciertos, lo que ahora llamamos entornos VUCA.
Juan Argemí tomó por aquel entonces (1937) una decisión valiente, había llegado la hora de emprender. Contable de profesión sintió curiosidad por iniciar su propio negocio y se inició en el mundo de los jabones, creando una mini fábrica en una parcela pequeña bajo el nombre de JAS (Juan Argemí Sallarés)
Este pequeño negocio, que a día de hoy es una de las empresas referentes del sector, permitió al joven Josep ir conociendo lo que era una empresa por dentro. La fabricación, distribución, venta, gestión de personal y por supuesto, las dificultades y ventajas que suponía emprender fueron sus primeros conocimientos en este mundo.
Sus inicios
Mientras su padre se adentraba en una experiencia como emprendedor, Josep cursó sus estudios primarios en los Escolapis de Sabadell, donde rápidamente destacó por ser un niño inquieto, muy sociable y despierto. Al acabar el colegio decidió cursar química dando rienda suelta a la curiosidad que tanto le caracterizó durante toda su vida.
Corría el año 1947, mientras seguía cursando química en el IQS (Institut Químic de Sarria), sabia que aquella carrera le ofrecería todo el conocimiento que necesitaba para llevar la empresa de su padre hacía nuevas cotas de éxito. En esa época de estudiante universitario alternó sus estudios con una de las pasiones que le acompañaron toda la vida; La montaña y la incomparable sensación de libertad y tranquilidad que respiraba al explorar y caminar en ella. Pasión que practicó hasta sus últimos días y que le permitió conocer países, lugares y parajes que se llevó para siempre en su retina y recuerdos.
Ser un buen estudiante junto con su faceta sociable, le permitieron acabar la carrera con una gran nota y forjar amistades que le durarían toda la vida. Personas con las que siguió compartiendo momentos, negocios y pasiones. Al fin y al cabo conectar con otras personas y convertirlas en amistades, es uno de los mayores tesoros que tiene cualquier ser humano. Sin lugar a dudas, él supo cuidar y valorar los tesoros que durante toda su vida fue conociendo.
Y es aquí, donde encontramos otra “variable” del éxito profesional del señor Argemí, la humanización de las personas, el tratar a todo el mundo con respeto, cariño y preocupación. Un liderazgo humanístico que le sirvió para su vida profesional y que aplicó a su vida personal, aspecto que nos permite introducirnos en el pilar donde se apoyó y donde encontró felicidad, amor y complicidad.
Como en las buenas películas siempre hay una mujer, una buena historia para ser recordada, una chica en el tren, día tras día, una intuición, una propuesta alocada, un ahora no, un me esperaré y un SÍ QUIERO que duró toda una vida al lado de la persona que le sostuvo su mano hasta el último aliento.
“La chica del tren” se convirtio en su mujer, Montserrat, su gran aliada, la mejor socia que jamás tuvo y con la que crearon el proyecto de vida más importante que podría tener, una fabulosa familia con tres hijas: Mayte, Rosa María y Montse, que fueron la alegría y el motivo que mantenía todas las motivaciones para su día a día.
¿Qué hizo?
Volvamos al ámbito profesional, pues hay mucha tela todavía que cortar, solo hemos pasado de puntillas por sus inicios y ya es hora de “sacarle el jugo» que los lectores y sobre todo las personas E&Cer’s sabrán valorar y aplicar.
Nos quedamos en JAS, toda su infancia había estado cerca de su padre y conocía a la perfección en que consistía el negocio. Sus fortalezas y debilidades, sus amenazas y oportunidades, y es en este punto donde se focalizó para conseguir hacerla crecer y aplicar todos los conocimientos que durante esos años de estudio había adquirido.
Para unos ojos dispuestos a ver oportunidades y ejecutarlas, el mundo de los jabones ofrecía posibilidades increíbles. Pero eso solo no valía, tenía que incorporar nuevas habilidades, nuevos conocimientos, nuevas maneras de darse a conocer, lo que ahora llamamos marketing. Él, con su manera de ser tan sociable, empático y emprendedor logró posicionarse mediante estrategias que llamaban mucho la atención en su época. Su manera de hacer, rápidamente fue copiada por la competencia y esto le obligaba de nuevo a desafiarse para seguir creciendo e innovando.
Aquellos contactos que hizo mientras estudiaba, fueron muy útiles años más tarde, convirtiéndose en proveedores y/o clientes. Su círculo de amistades fue expandiéndose en muchos ámbitos, pues su actividad social fue siempre a la par que su conocimiento sobre el comportamiento humano.
Las relaciones personales y profesionales mostrando ser una persona que pensaba primero en dar y en la generosidad, le otorgaban no solo credibilidad por su profesionalidad, sino que generaba entornos de confianza y reciprocidad que le ayudaron a convertirse en el empresario que fue.
Y estaría bien si en el año 1970 terminase aquí la historia empresarial, con una empresa bien posicionada y considerada, con gran reconocimiento y la tranquilidad de poder retirarse cuando quisiera.
Pero una pregunta rondaba por su cabeza… una pregunta que cambió la historia de muchas personas y empresas.
¿Y sí hago lo mismo que he hecho en JAS y lo pruebo en otras empresas?
Con su naturaleza inquieta y sus ganas de seguir ayudando al máximo número de personas posibles, hizo algo que pocas personas tienen la capacidad de hacer. Se lanzó adentrados los 40 años con el modelo de éxito de JAS como aval y empezó a estudiar para posteriormente comprar empresas en industrias tan complicadas como la sanitaria, el sector metalúrgico, servicios, promotor vivienda, féretros… Proyectos que llegaban de todos los lugares y todos los tamaños.
Estos desafíos y la decisión arriesgada de lanzarse a ayudar a otras empresas, le permitió en pocos años liderar múltiples sectores, industrias y mercados, que nada tenían que ver con los jabones ni con todo lo que había logrado con IBERJAS.
Su metodología y sus principios empresariales eran claros, creatividad en las ventas, trato excelso con los clientes, equipos de trabajo alegres y motivados, administración económica eficiente e innovación. Con su metodología (muy E&Cer por cierto), era capaz de comprar empresas en bancarrota o en serios problemas y levantarlas.
Pionero en «Recursos Humanos»
Como escribimos al principio, los retos eran una manera de entender la vida. De todas estas empresas, se calcula que aproximadamente tenía unas 30, le ofrecían el desafío necesario para poder seguir aprendiendo, mejorando y aportando valor.
Pongámonos en situación, si entre 1975 y 2010 tenías una empresa en dificultades y él al estudiarla veía el potencial, seguramente hubieses tenido la suerte de haberlo podido tener de socio. Y sí, decimos suerte porque estas empresas que han tenido su huella, pueden decir que salvaron su situación. No solo no permitió que se perdieran puestos de trabajo, sino que fue capaz de crear cientos, mejor dicho, miles de puestos de trabajo. Muchas familias que han trabajo en estas empresas, quizás no sepan quien fue pero le deben mucho, porque aquí entramos en otra de sus virtudes como persona; la humildad y la entrega a los demás sin necesidad de vanidad.
Para el señor Argemí, el activo más importante de toda empresa o proyecto, son las personas. En su vida profesional, las personas que le recuerdan pueden dar buena fe de que fue un gran jefe, ya que se preocupaba de corazón por los problemas de sus trabajadores, de sus socios e incluso de las familias que dependían de él. Valores que le convirtieron en un pionero de lo que hoy se llaman “recursos humanos”, y que él supo sacar el máximo rendimiento logrando algo muy complicado… Que las personas fueran felices a su alrededor, sin importar el cargo, la responsabilidad ni las tareas que tuviera encomendadas.
Su amplia trayectoria y grandes consejos
Su vertiente asociativa le llevó en su amplia trayectoria a ser el Presidente de la Asociación de Empresarios de Industrias Químicas de Sabadell y la comarca. También perteneció y tuvo una prolífica aportación en el comité ejecutivo de Pimec Vallès Occidental, así como fue miembro del pleno de la cambra de comercio de Sabadell, del CIESC y de la fundación Barnola.
Una de sus premisas es intentar mediante este tipo de instituciones aportar valor a la sociedad, entendiendo que estas instituciones están al servicio de emprendedores, empresarios, industrias y sectores
10 consejos del Sr. Argemí para ser más eficientes y conscientes:
- Se una persona innovadora. Intenta siempre aportar cosas nuevas a la hora de hacer lo que tengas que hacer.
- Las personas son lo más importante. Trátalas con cariño, respeto y preocúpate por su felicidad.
- Conéctate con la grandeza de la naturaleza. Ya sea el campo, la playa, la montaña, invierte tiempo en entornos donde sientas la libertad.
- Siempre hay días malos, levántate y empieza de nuevo. Hazlo las veces que haga falta, tu palabra y profesionalidad no negocian los esfuerzos a medias.
- El amor, la familia y las amistades son el tesoro más grande que existe, el pilar que todo lo sostiene.
- Date a los demás, no olvides los problemas sociales y no sean una persona egoísta. No puedes ni debes mirar al otro lado si puedes hacer algo para mejorar la vida de otra persona que te necesita.
- Da igual la empresa, el sector y la industria. Trata excelentemente a tus clientes, a tus empleados, lleva bien las cuentas y evita excentricidades.
- No dejes nunca de aprender. Mantén la mente inquieta y curiosa, oblígate a salir de tu área de conocimiento continuamente y no desperdicies la oportunidad de descubrir nuevas formas de hacer las cosas.
- No reniegues de los cambios. No vayas contra el progreso, no dejes escapar el tren de todo lo nuevo que esta por llegar.
- Haz todas las obras sociales que puedas. Darse a los demás mediante asociaciones, fundaciones, patronales es la mejor manera de aportar tu granito de arena a la sociedad.
Y el último consejo que dió a su familia: “Sed siempre buenas personas”
Post dedicado a sus nietos Josep, Marc, Xavier, Jan, Pau y Mar.
Espero que podáis ver este regalo para conocer un poco más a vuestro abuelo, que se fue feliz y orgulloso del legado que dejó.