A veces, tenemos la gran suerte de encontrarnos en el camino con personas que nos dejan una huella enorme, una huella que queda para el resto de nuestra vida. Es el caso de mi padre Eduard Gutés, quien falleció apenas hace 5 meses y marcó un antes y un después en mi corazón partido.
La cuestión principal de estas líneas no es tan solo mostrar la emoción con la que podemos recordar a nuestros seres queridos, sino también enaltecer aquello cuanto hicieron por nosotros para que fuéramos felices.
Porque todo cuanto soy hoy en día ¡Es por él!
¿Quién fue?
Eduard Gutés fue alguien que quedará para siempre entre todos aquellos que lo amamos. Su vida fue digna de una película de distintos géneros, pero nunca se rindió ante las adversidades.
Fue una persona que nunca menospreciaba a nadie, siempre le tendía la mano a quien de su ayuda necesitaba. A veces nos preguntamos si realmente el ser humano tiene bondad en él, si es cierto que somos buenas personas. Él lo demostró encarecidamente.
Un hombre incansable en todos los aspectos de su vida, siempre lo vi levantarse de todos los golpes. Puedo sentirme orgulloso de haber estado a su lado para verlo, pero sobre todo para aprender de él. Luchaba a cada instante para ser feliz.
Es realmente difícil sentir admiración y respeto por alguien, aunque si es por tu padre parece sencillo. Sin embargo, todo cuánto ha hecho por mí me ha enseñado a seguir su ejemplo, a mostrarme como era su persona.
¿Qué hizo?
Si hablamos de aquellas cosas que realizó, la lista podría ser interminable porque nos situamos sobre un hombre trabajador desde bien pequeño.
Pasó por una gran cantidad de empresas, dada su polivalencia en diferentes sectores del mercado laboral. Desde el sector de las seguranzas de varios tipos, los riesgos laborales e industriales, hasta las relaciones institucionales.
Pero sin duda alguna, su especialización era el comercio y las ventas. Tenía un talento especial para proporcionar un producto, comunicando de una forma tan natural como atractiva.
Se hizo un hueco entre algunas de las entidades a nivel comercial más importantes de Cataluña y España gracias a su esfuerzo y su dedicación a los demás.
¿Cuál es su legado?
Creo sin miedo a equivocarme, que el legado que deja ¡Es enorme! Su ciudad natal Sabadell, le quería y le respetaba por cómo era.
Su enfermedad no fue una excusa para quebrantarle el amor que sentía por los demás, y siguió adelante hasta el último suspiro. Luchó como si de un guerrero se tratase.
Personalmente, deja un legado en mí que será eterno. Su carácter, su bondad y su constancia diaria me han enseñado una forma de vivir.
Por eso quiero seguir sus pasos, sea donde fuere que me lleve el destino. Sus ideales y su estilo de hacer me indican el camino que debo perseguir, pues siento que desde algún lugar me estará observando.
Antes de irse, recuerdo que me dijo que se marchaba en paz plenamente. No es fácil despedirse de tu padre, pero menos todavía cuando sientes que es la persona de tu vida.
Pidió perdón a quien creía que había hecho daño, se despidió de nosotros y supo que a pesar de los golpes recibidos, se iba feliz.
Feliz de haber vivido como él sentía.
Artículo homenaje escrito por su hijo, Eduard Gutés.