La estrategia del océanos azules supuso un cambio de modelo en la manera de hacer negocios entre las empresas. Propone encontrar nuevos nichos de mercado, nuevos segmentos a los que dirigirse, en espacios que todavía no han sido explorados por las empresas. Estos espacios son los océanos azules, pero ¿Cómo hallar estas nuevas oportunidades? Los creadores de esta teoría, proponen cuatro principios en los que basarse para tener una guía y no perderse en el intento:
- Crear o redefinir nuevos espacios para el consumo, creando necesidades para los futuros compradores.
- Poner foco en la idea global, por encima de los números. Más que centrarse en la idea de obtener datos para tomar decisiones, centrarse en estudiar el sector al que pertenece tu empresa y ver cuál es el aporte de valor que diferenciará tu empresa del resto de la competencia.
- Ir más allá de la demanda existente. No se trata tan sólo de abordar nuevos clientes, también de captar a los no clientes, con nuevas necesidades que quizás no se habían planteado anteriormente. ¿Qué les llevó a rechazar tu oferta?
- Asegurar la viabilidad de la estrategia. Transitar por terrenos comerciales poco conocidos, conlleva también sus riesgos. Afianzarte en qué recibirán tus clientes y la existencia de obstáculos para tu propuesta de valor, hará tu estrategia más robusta contra los imprevisto que no se hayan tenido en cuenta.
Una de las principales necesidades de las empresas es encontrar nuevos nichos de mercado, nuevas oportunidades, nuevas fuentes de ingresos. Nuevos segmentos a los que dirigirse, pero ¿Qué ocurre cuando el mercado está muy competido? ¿Qué puede hacer una empresa para encontrar su hueco? Según la estrategia del océano azul, la empresa debe contemplar la competencia desde otro enfoque y basarse en la innovación para generar saltos de valor y la tan ansiada diferenciación.