Las palas del aerogenerador tienen una vida de entre 20 y 30 años; en España, se espera que tengan que cambiarse miles en los próximos años. El nuevo reto de la energía eólica es conseguir reciclar estas palas. Existe un gran problema y es el de los «cementerios» de las palas de molinos de viento que son enterradas bajo tierra porque sale mucho más a cuenta que reciclarlas.
De toda la instalación, lo más complicado es darle una segunda vida a las palas. En España no se tiene constancia de la presencia de los «cementerios» como en Estados Unidos, pero el reciclaje de la estructura se perfila como uno de los retos de la industria de la energía eólica. Un reto para el que, en algunos aspectos, no estamos preparados.
Hasta ahora, el reciclaje de las palas de los molinos de viento puede haber pasado desapercibido porque no era un problema que fuera a afectar inmediatamente y porque, además, no es tan grande si lo comparamos con otros sectores como el del automóvil. Los aerogeneradores tienen una vida útil de 20 a 25 años (hasta 30 en algunos casos, si se sustituyen algunos componentes) y no ha sido necesario cambiar la estructura. Sin embargo, esa fecha se acerca cada día más en muchos casos y en España ya se han repotenciado (el término para la modernización de los aerogeneradores) algunos parques eólicos, como el de Malpica, en Galicia.
Miles de palas al viento
Cuando se moderniza una planta, ¿qué hacemos con las palas que pueden medir 20 metros de altura? Lo ideal es darle una segunda vida y, a pesar de que la tecnología avanza y aumentan los recursos, es difícil saber si España está lista para asumir el reciclaje de las palas de los molinos de viento.
Difícil de saber porque serán miles de palas. En España, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) cifra en 1.265 los parques eólicos en España. En total, hay 21.419 aerogeneradores, cada uno con tres palas. Por lo tanto, en nuestro país se calcula que actualmente hay 64.257 palas que, más tarde o más temprano, tendrán que cambiarse. «No tenemos constancia de que en España exista un cementerio de palas como en otros países. Quizá se ha llevado alguna pala a un vertedero pero no a gran escala como muestran las imágenes», afirmó Tomás Romagosa, director técnico de la AEE. En su lugar, muchas palas de los aerogeneradores que han tenido que cambiarse hasta ahora han pasado al mercado de segunda mano.
Una idea española… fuera de España
Tenemos el talento e incluso la tecnología al alcance de nuestra mano pero la sombra de la burocracia vuelve a cernirse sobre España. Alex Costa es el cofundador de Ventos Metódicos, una empresa de sangre española nacida en Portugal. Nacida en 2019, convierte las palas de molinos de viento en lámparas, sillas o estanterías. El objetivo es aprovechar absolutamente todo el material sin recurrir a procesos químicos que, al final, también son contaminantes a pesar de que el objetivo final sea el reciclaje. Una idea española que ha funcionado fuera de España. «Somos españoles, pero nos fuimos a Portugal para crear la empresa por tres razones: la primera, la agilidad burocrática», explicó Costa en entrevista con Hipertextual.
La licencia de gestión de residuos de la energía eólica la consiguieron en el país vecino en 8 meses. «Esa misma licencia la hubiéramos conseguido, de haberlo hecho, en unos 3 o 4 años», afirmó. Incluso en países como Portugal se han otorgado muy pocas porque es un problema «nuevo», aunque las ayudas fomentan los avances en este sentido.
De aquí nace la segunda razón por la que Ventos Metódicos no se creó en España. «Las ayudas que está dando el Gobierno no son ni mucho menos significativas a pesar de que tenemos un Ministerio de Transición Ecológica», dijo en entrevista. En cambio, las ayudas del Gobierno de Portugal han permitido que la compañía cuente con una subvención que les ha permitido desarrollar toda su actividad. «El tercer motivo es tener unas instalaciones acordes y Portugal nos lo permitía», concluyó Alex Costa.
La historia de Reciclalia (esta vez sí, en España)
Reciclalia es la única empresa en España con una licencia de gestor de residuos de palas de molinos de viento. Su tecnología permite triturar y separar la fibra de vidrio o de carbono de la pala del aerogenerador para que después pueda ser reutilizada. En su caso, han vivido la burocracia española en sus propias carnes.
«Indudablemente, y como todos sabemos, la burocracia está ‘enfrentada’ con el inicio de cualquier nueva actividad. Pero este problema se agrava y multiplica, cuando hablamos de una nueva tecnología, por tanto, desconocida por la mayoría de nuestros funcionarios», comentó a Hipertextual Alfonso Bernabé, CEO de Reciclalia. «Esta situación se complica, considerablemente, en nuestro país, que con 17 Comunidades Autónomas y tiene otras tantas legislaciones diferentes», añadió.
En el caso de la compañía española, consiguieron la licencia en Castilla La Mancha pero, tal y como comentaba el CEO de la empresa, ha sido y está siendo un duro proceso poder dedicarse al reciclaje de las palas de un aerogenerador. En primer lugar, y en concordancia con las declaraciones de Alex Costa, Bernabé hizo referencia a las trabas institucionales. «El problema no es otro que los plazos administrativos y que estos no están en sintonía con los plazos de las empresas, sobre todo en sus primeros años de actividad», apuntó.
El lado bueno de los aerogeneradores
Félix Antonio López, por su parte, ve un lado bueno. En el que dentro de unos años, cuando más palas de los molinos de viento hayan sido reemplazadas, el sector se active y cada vez más empresas se dediquen a ello. «Puede que surjan otras iniciativas que permitan una mayor competitividad», opinó.
Por eso es importante fomentar el apoyo a las iniciativas relacionadas con la gestión de residuos eólicos. Las cifras hablan por sí solas: La Asociación Empresarial Eólica estimó que cerca de 25.000 toneladas de palas de aerogeneradores se convertirán en residuos. Solo en España. En 2050, el número de desechos en todo el mundo por parte de la industria eólica podría superar las 43 millones de toneladas.
Fuente: Hipertextual