La filosofía para los japoneses siempre ha sido un valor muy importante para aplicar en sus vidas y su desarrollo personal. En este caso, explicaremos el significado y la aplicación propia de la filosofía Kintsugi.
La palabra «Kintsugi» se escribe con el kanji 金 継 ぎ, que se compone de las palabras «oro» (金) y «reparación» (継 ぎ).
La leyenda cuenta que cuando en el siglo XV el sogún Ashikaga Yoshimasa rompió su taza de té preferida, al no querer desprenderse de ella por su valor sentimental encargó a los artesanos que la repararan para que fuera utilizable y digna de su valor. Estos artistas mezclaron laca con polvo de oro y dieron a su taza una segunda vida con un aspecto magnífico y único en el mundo.
Con el paso de los años, se ha ido convirtiendo en una filosofía de vida para todos y un arte.
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La aplicación más E&Cer
Esta filosofía del Kintsugi aplicada en nuestra vida actual solucionaría la ansiada búsqueda del perfeccionismo que tenemos y se nos exige diariamente.
A lo largo del tiempo sufrimos fracasos, desengaños, decepciones y pérdidas. Aún así, intentamos ocultar nuestra naturaleza, esa que nos hace más humanos y auténticos, bajo la máscara de la fortaleza y el éxito.
Esta filosofía nos enseña a valorar nuestras imperfecciones, viendo los errores del pasado como una fase de crecimiento esencial e inevitable para crecer siendo conscientes en todo momento.
La vida se encarga de rompernos, llenarnos de cicatrices y hacernos aprender y adoptar más resiliencia. Debemos tener la capacidad de tratar los temas complejos de una manera positiva y aprovechar las oportunidades que nos ofrecen.
Los momentos más duros que experimentamos son los que definen a las persona única que somos. Nuestras heridas, enseñanzas recibidas y el aprendizaje de los errores cometidos, estructuran nuestra personalidad y guían el comportamiento para ser mejores a diario.
Para cerrar estas cicatrices, hay que centrarse en nuestros puntos fuertes con una buena autoestima y descubrir las habilidades en las que destacamos.
Amarnos y potenciar al máximo hábitos saludables como dormir y alimentarse bien, reducir estrés, aprender a ser más bondadosos con los demás y sobre todo con nosotros mismos ayudará a curar nuestras heridas.
Lo verdaderamente importante del Kintsugi
Para el Kintsugi es más importante esperar a que las piezas peguen que la mezcla con las que se pegan, por tanto, siempre es mejor esperar a estar preparados que precipitarse.
Es importante tener proyectos y creer que los conseguirás, pero hay que ser conscientes de que los cambios y los éxitos no se consiguen de un día para otro.
El proceso de sanación emocional deja marcas y cicatrices que bien pueden dejarse a la vista u ocultar con recelo. Según esta filosofía, ningún sentido tendrá ignorarlas, lavarlas o disimularlas.
El objetivo principal de esta práctica es revalorizar la belleza de las cicatrices dándole un significado especial por formar parte de nuestra historia, hacerte un ser único y definiendo tu identidad.
¿Te unes al Kintsugi? Deja tu respuesta en comentarios…