Enviar mini robots al interior del cráneo humano para tratar trastornos cerebrales ha sido durante mucho tiempo materia de ciencia ficción. Pero pronto podría convertirse en realidad, si se cree en una empresa emergente de California.
Bionaut Labs planea lanzar sus primeros ensayos clínicos en humanos utilizando los diminutos robots inyectables en solo dos años.
«La idea del microrobot surgió mucho antes de que yo naciera», dijo el cofundador y director ejecutivo Michael Shpigelmacher.
«Uno de los ejemplos más famosos es un libro de Isaac Asimov y una película llamada ‘Fantastic Voyage‘. En esta película un equipo de científicos va dentro de una nave espacial en miniatura al cerebro para tratar un coágulo de sangre».
Así como los móviles ahora contienen componentes extremadamente poderosos que son más pequeños que un grano de arroz, la tecnología detrás de los mini robots, que solía ser ciencia ficción en las décadas de 1950 y 1960, ahora es un «hecho científico».
«Queremos tomar esa vieja idea y convertirla en realidad». Dijo a la AFP el científico de 53 años durante un recorrido por el centro de investigación y desarrollo de su empresa en Los Ángeles.
Trabajando con los prestigiosos institutos de investigación Max Planck de Alemania, Bionaut Labs decidió usar energía magnética para impulsar a los robots. Esta opción substituye las técnicas ópticas o ultrasónicas y no daña el cuerpo humano.
Las bobinas magnéticas colocadas fuera del cráneo del paciente están conectadas a un ordenador. Este puede maniobrar remota y delicadamente el mini robot hacia la parte afectada del cerebro, antes de retirarlo por la misma ruta.
Todo el dispositivo es fácilmente transportable, a diferencia de una resonancia magnética, y utiliza de 10 a 100 veces menos electricidad.
Mini robots con forma de bala diminuta
El robot tiene forma de cilindro de metal de unos pocos milímetros de largo y con forma de bala diminuta. En una simulación sigue lentamente una trayectoria preprogramada a través de un recipiente lleno de gel, que emula la densidad del cerebro humano.
Una vez que se acerca a una bolsa llena de líquido azul, el robot se impulsa rápidamente como un cohete y perfora la bolsa con su extremo puntiagudo, permitiendo que el líquido fluya.
Los inventores esperan usar el robot para perforar quistes llenos de líquido dentro del cerebro cuando comiencen los ensayos clínicos en dos años.
Si tiene éxito, el proceso podría utilizarse para tratar el síndrome de Dandy-Walker, una rara malformación cerebral que afecta a los niños.
Las personas que padecen la enfermedad congénita pueden experimentar quistes del tamaño de una pelota de golf. Estos se hinchan y aumentan la presión sobre el cerebro, lo que desencadena una serie de condiciones neurológicas peligrosas.
Bionaut Labs ya probó sus robots en animales grandes como ovejas y cerdos. «Los datos muestran que la tecnología es segura y eficiente para nosotros» los seres humanos, dijo Shpigelmacher.
Si se aprueba, los robots podrían ofrecer ventajas clave sobre los tratamientos que ya existen para los trastornos cerebrales.
La tecnología creada con los mini robots permite alcanzar objetivos que no son alcanzables con las técnicas utilizadas hoy. Además ese alcance puede ser repetido en su trayectoria de la trayectoria más segura posible.