La biotecnología, más que una disciplina, es un conjunto de actividades basadas en la bioquímica, la biología molecular y celular, la genética, la inmunología y los tratamientos de datos. Utiliza todas estas disciplinas para lograr una nueva revolución. Esta afecta a la salud humana y animal, a la agricultura y la alimentación, a la selección y mejora de animales y plantas, al medio ambiente, etc. Sus posibilidades no han hecho sino iniciarse, y durante el siglo XXI se verán, sin duda, incrementadas.

Actualmente, las aplicaciones de la biotecnología tienen su propia clasificación, basada en un curioso código de colores:

Biotecnología roja

Son las aplicaciones a procesos médicos. Algunos ejemplos son la obtención de organismos para producir antibióticos, el desarrollo de vacunas y nuevos fármacos más seguros. Se incluyen también los diagnósticos moleculares, las terapias regenerativas y la curación de enfermedades a través de la manipulación genética.
La biotecnología está aportando ya herramientas para un diagnóstico más rápido y preciso de algunas enfermedades. El diagnóstico molecular y genético aporta ventajas sobre métodos de diagnóstico largos y tediosos. Como por ejemplo el cultivo microbiológico, la tinción histológica o las pruebas químicas y determinaciones en suero. Todos ellos además requieren mucha mano de obra y son muy difíciles de manejar.

Biotecnología roja, enfocada a procesos médicos

También ha dado lugar al desarrollo de una nueva disciplina, la patología molecular. Esta permite establecer un diagnóstico del cáncer ya no basado en la morfología del tumor, como hace la anatomía patológica clásica, sino en las alteraciones genéticas y bioquímicas. La patología molecular permite no sólo la detección precoz de las células malignas, sino también su clasificación. Un tumor detectado en sus fases iniciales y bien clasificado puede ser eliminado con mayor facilidad, lo que puede salvar tantas o más vidas que el desarrollo de nuevas terapias.

Biotecnología blanca

También conocida como biotecnología industrial. Es la aplicada a procesos industriales. Un ejemplo es la obtención de microorganismos para generar un producto químico o el uso de enzimas como catalizadores o inhibidores enzimáticos industriales, ya sea para producir productos químicos valiosos o destruir contaminantes químicos peligrosos. Se aplica también a la industria textil para la creación de nuevos materiales. Así como en la producción de biocombustibles. Su principal objetivo es la creación de productos fácilmente degradables, que consuman menos energía y generen menos desechos durante su producción.

Biotecnología verde

Es la biotecnología aplicada a la agricultura. Un ejemplo es la obtención de plantas transgénicas capaces de crecer en condiciones ambientales desfavorables o plantas resistentes a plagas y enfermedades. Aporta soluciones en un principio más amigables con el medio ambiente que los métodos tradicionales de la agricultura industrial, pues evita el uso de plaguicidas y permite aumentar
sustancialmente recursos naturales como los bosques.

Biotecnología verde, enfocada a la agricultura.

Biotecnología gris

Es aquella aplicada al medio ambiente. Es decir, al mantenimiento de la biodiversidad, la preservación de las especies y la eliminación de contaminantes y metales pesados de la naturaleza. Está muy ligada a la llamada biorremediación. Proceso por el cual se utilizan microorganismos para la limpieza de un espacio contaminado. Esos microorganismos degradan y destruyen los compuestos contaminantes.
Los entornos marinos son especialmente vulnerables a los derrames de petróleo. La degradación de hidrocarburos por comunidades microbianas se ha demostrado eficaz para combatir este tipo de contaminación. El derrame del petrolero Exxon Valdez en Alaska en 1989 fue el primer caso en que se utilizó este sistema de biorremediación a gran escala de manera exitosa. Se estimuló a la población bacteriana con suplementación de nitrógeno y fósforo.

Biotecnología azul

También llamada biotecnología marina. Se encuentra en una fase temprana de desarrollo. Sus aplicaciones son prometedoras en los campos de la acuicultura, los cuidados sanitarios, la cosmética y los productos alimentarios.

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