Ojo!! Si eres emprendedor y estás a punto de asociarte con otra persona, detente unos minutos a leer esto. Si ya lo has hecho, lo siento por ti.

Al inicio del proyecto todo es ideal, es la fase de enamoramiento, todos confían en la idea, se exponen nuevas mejoras sobre la mesa y es todo fantástico.

Siento decirte que en la mayoría de las veces esto deja de suceder y cuando eso pasa, hay veces que es demasiado tarde.

Y sí, hablo por experiencia, yo también monté un proyecto, me asocié y hubo divorcio.

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El inicio

Cómo decía, al principio es la fase de enamoramiento con muchas ideas, ganas de trabajar y queriendo aportar el máximo.

Como emprendedor a todos les gustaría pertenecer al proyecto, aún sin saber cuál será su función en la empresa.

Hay veces que incluso el mero hecho de haber estado en la lluvia de ideas les da derecho a algunas personas a ser miembro accionista del futuro negocio, o eso creen.

Lo cierto es que después de haber realizado algunas labores, es imposible sacar el sentimiento de pertenencia y la bola se hace más grande.

Después de esto, debo recomendar no asociarse con amigos o con personas de las cuales sabes poca información.

Pues bien, cuando el proyecto empieza a necesitar recursos para su puesta en marcha, es donde empiezan a aparecer los problemas. Unos pueden poner más, otros quieren poner menos, pero nadie está dispuesto a perder su participación ya que, han trabajado y consideran que su trabajo esta infravalorado.

Por eso, es importante llevar un control de las tareas de cada socio y del valor que aportan.

Emprendedores cerrando trato

El aprendizaje

Uno de los errores más graves que cometí en su día fue valorar en exceso el trabajo e infravalorar el dinero que era lo que realmente permitía ejecutar el negocio.

Valorar el trabajo de cada uno puede resultar difícil si eres primerizo en esto del emprendimiento, déjame decirte que todo se puede subcontratar.

Por ejemplo: pongamos que sois tres socios, uno dice que aporta el trabajo empresarial, otro el marketing y otro el diseño. Te hago la siguiente pregunta: ¿Puedes subcontratar el marketing y el diseño? Si, okey.

Pero tú sigues queriendo estar con tus socios, entonces debes preguntarte: ¿Cuánto vale ese trabajo? Puedes cotizar los precios en Freelancer, Fiverr, o consultoras de tu ciudad (precios de tu país).

Una vez este cotizado ese trabajo por su valor real, más el dinero aportado, lo siguiente es hacer el reparto justo tanto actual como en funcionalidades presentes.

Estando todo claro y dispuestos a firmar la sociedad, debe constar en los estatutos que, en caso de que alguno de los socios no cumpla con su cometido, este podrá ser despedido o cesado, traspasando todas sus acciones a los socios.

Esto se debe hacer ya que, muchas veces pasa que una vez repartida la sociedad, algunas de las partes dejan de trabajar y siguen teniendo asegurada su parte igualmente.

Mi recomendación

Después de explicar brevemente mi historia personal y experiencia como emprendedor primerizo en este tema, quiero hacer una última recomendación.

A la hora de elegir socios, escoger personas que tengan lo mismo que perder que tú, que su vida y futuro dependan del proyecto, porque sino por norma general se esforzaran menos y finalmente sucederá todo lo mencionado.

La conclusión es que al principio todo lo vemos de color de rosa, nos visualizamos teniendo éxito y no reparamos en nuestros compañeros de viaje. Pero conforme el viaje se va haciendo más largo, quizás nos empiecen a molestar acciones o actos de los demás socios.

Por lo tanto, si quieres ser un emprendedor mejor hazlo sólo, pero si no puedes o no quieres asegúrate en que manos dejas tu futuro y dinero.

Seudónimo: Julio César

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